Tuesday, January 1, 2008

The Cat Poem




Note by the author: I am not sure what got into me about wanting to write a cat poem (as you can see I selected a great name for the poem); I just did it, out of the blue. I must have been triggered somehow because I do not care for cats. To be honest, if God gave me a choice between cats and cockroaches, I’d take the latter: and I’m sure I might have been a happier person. I do think cats are good for something, not sure what, perhaps for rats. It all stems back to when I was a boy scout, or at least that is what a psychologist would say: flashbacks, the white rabbit syndrome. When I was out camping at St. Croix camp grounds (Minnesota), back when I was thirteen, or so, I was in a big tent with kids, and guess who wakes me up? Yup, a cat purring down my mouth paws on my throat, and it scares the crap out of me when I opened my eyes and saw those marble eyes staring into mine.
Now that I think of it, perhaps this poem is long overdue. In any case, I dedicate it to all the cat lovers out there, to include my wife:


The Cat Poem

Cats, I never did care for them;
My wife had—before we wed—
Fifteen of them—.
They’re too lordly in the household
For me—:
Too aristocrat-able to please.
They are everything but what they
Seem, and
They seem surreal; and endlessly
Dreaming—or perhaps it’s scheming
(I can’t tell the difference)—but,
One thing I do know: they have mystic
Marble-eye-balls—: gives me the chill.

#1065 1/6/06


IN SPANISH
Translated by Nancy Peñaloza
Edited by Rosa Peñaloza


El Poema del Gato
Por Dennis Siluk

Nota por el autor: No estoy seguro que provocó en mí el deseo de escribir un Poema al Gato (como puedes ver seleccioné un gran nombre para el poema); sólo lo hice, cuando menos lo esperaba. Debo haber estado motivado de alguna manera, porque no me interesan los gatos. Para ser honesto, si Dios me da a escoger entre gatos y cucarachas, yo escogería a la última; y estoy seguro que sería una persona más feliz. Pienso que los gatos son buenos para algo, no estoy seguro para qué, talvez para las ratas.
Todo esto proviene de cuando yo era un muchacho explorador boy scout, o al menos eso es lo que diría un Psicólogo: Escenas retrospectivas, el síndrome del conejo blanco. Cuando tenía aproximadamente 13 años de edad, estuve de campamento en Saint Croix (en Minnesota), yo me encontraba en una carpa grande con otros niños, y, ¿adivina qué me despertó? Si, un gato ronroneando debajo de mi boca sus patas sobre mi garganta, y esto me sacó fuera de quicio, cuando abrí mis ojos y vi esas bolas de ojos mirando fijamente dentro de mis ojos.

Ahora que lo pienso, talvez este poema está demasiado atrasado. De cualquier modo, lo dedico a todos los amantes de gatos allí afuera, incluyendo a mi esposa:


El Poema del Gato


Gatos, nunca me interesaron;
Mi esposa tuvo—antes de nuestra boda—
Quince de ellos—
Ellos son demasiado arrogantes en el hogar
Para mí—:
Muy aristocráticos— para complacerlos.
Ellos son todo pero no lo que
Parecen, y
Ellos parecen extraños, y soñadores
Interminables—o talvez son maquinadores
(No puedo decir la diferencia)—pero,
Una cosa yo se: ellos tienen ojos
Místicos—que me dan escalofrió.

# 1065 6/Enero/2006

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